Durante siglos, el ser humano ha levantado la vista hacia el cielo preguntándose qué hay más allá de nuestro pequeño rincón del universo. En julio de 2025, esa pregunta recibió una respuesta inesperada: el descubrimiento de un cometa proveniente de otro sistema estelar, 3I/ATLAS, que ha entrado en el nuestro. No es ciencia ficción, ni una teoría conspirativa. Es real. Y lo estamos observando en directo, desde telescopios terrestres y espaciales.

Un cometa de otro sistema solar entra en el nuestro… y no es ciencia ficción
Ha cruzado miles de millones de kilómetros a través del espacio interestelar, ha escapado a la atracción de otras estrellas, y ahora atraviesa el sistema solar a más de 60 km/s. Su nombre es 3I/ATLAS, y es solo el tercer objeto interestelar que la humanidad ha logrado detectar. Pero lo que lo hace realmente extraordinario no es solo su origen lejano, sino su tamaño, su actividad… y las preguntas que despierta.
3I/ATLAS: qué es y por qué es tan raro
Fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile. Enseguida se confirmó que no sigue una órbita elíptica como los cometas comunes, sino una trayectoria hiperbólica extrema. Esto significa que no pertenece al sistema solar: viene de otro lugar, probablemente de una estrella lejana.
Es el tercer objeto confirmado de este tipo, tras ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019). Pero a diferencia de ellos, 3I/ATLAS es mucho más grande (hasta 20 km de diámetro) y muestra signos claros de actividad cometaria: emite gases, forma una coma visible y podría desarrollar cola al acercarse al Sol.
Un viajero de otros mundos
Según los astrónomos, este objeto podría tener más de 7.000 millones de años. Su composición podría revelar cómo se forman los planetas en otros sistemas estelares. Es una especie de mensaje embotellado enviado desde regiones desconocidas de la galaxia, con información que ni siquiera nuestros telescopios más potentes pueden captar de forma directa.

Su velocidad es asombrosa: más de 215.000 km/h. Nunca se detendrá ni se quedará girando alrededor del Sol. Viene de lejos y se va para siempre. Y está aquí solo por unos meses.
¿Se puede ver? ¿Es peligroso?
No. Aunque pasará relativamente cerca (a unos 240 millones de km), nunca representa ningún riesgo. Se espera que pueda verse con telescopios de aficionado entre finales de 2025 y principios de 2026, sobre todo tras el perihelio previsto para el 29 o 30 de octubre.
Observatorios como el James Webb y el Rubin están ya observándolo para captar la mayor cantidad de datos posible antes de que vuelva al vacío interestelar.
Lo que no sabemos: el misterio sigue
¿Es un cometa activo como los que conocemos? ¿O tiene propiedades que desafían nuestros modelos actuales? Algunos astrónomos ya han notado comportamientos extraños en su brillo y composición. Y como pasó con ʻOumuamua, no faltan las voces que se preguntan si podría haber algo más. Algo que no entendemos del todo.
No se trata de ciencia ficción ni de teorías sin fundamento, sino de un hecho astronómico que sigue abierto a interpretación. Estamos ante un visitante real del espacio interestelar, con una historia escrita fuera del sistema solar. Y apenas estamos empezando a leerla.
Preguntas frecuentes
¿Qué es 3I/ATLAS?
Un objeto interestelar con trayectoria hiperbólica, proveniente de otro sistema estelar.
¿Cuándo se descubrió?
El 1 de julio de 2025, desde el telescopio ATLAS en Chile.
¿Es el primero que vemos?
No. Es el tercero, tras ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
¿Podemos verlo desde la Tierra?
Sí, probablemente con telescopios medianos a partir de otoño de 2025.
¿Podría tener origen artificial?
No hay pruebas de ello, y aunque su composición y comportamiento siguen en estudio, hasta ahora no se ha detectado ningún indicio de origen artificial.