Figura controvertida, Fernando VII dejó una huella ambivalente en la historia de España: traidor a los ideales constitucionales, símbolo del absolutismo restaurado, pero también impulsor de importantes hitos culturales como el Museo del Prado. Este artículo explora sus decisiones políticas, su legado artístico y los aspectos más íntimos que marcaron su reinado.

El “rey felón”: un apodo político con historia
A su regreso al trono en 1814, tras los acuerdos de Valençay y la caída de Napoleón, Fernando VII restauró el absolutismo pese a haber jurado previamente la Constitución de 1812. Reprimió a los liberales y dejó una España rota, aunque también impulsó la creación del Museo del Prado y, en un gesto diplomático polémico, cedió al Duque de Wellington parte del patrimonio artístico nacional.

Un reinado marcado por la represión y el retroceso
Durante el Trienio Liberal (1820–1823), Fernando VII se vio obligado a restituir la Constitución tras el levantamiento de Rafael del Riego. No obstante, solicitó la intervención de la Santa Alianza, y en 1823 volvió al absolutismo con apoyo francés, iniciando una dura represión contra los liberales. Fernando VII reinstauró la Inquisición, canceló reformas ilustradas y reprimió cualquier intento de modernización. Su política autoritaria provocó el exilio, la cárcel o la muerte de cientos de liberales, y dejó a España al margen de los avances democráticos europeos. Además, bajo su reinado se perdió la mayoría del imperio colonial en América Latina. La falta de un proyecto de país y su apego al absolutismo lo convirtieron en símbolo del atraso institucional.
Las guerras carlistas: el precio de un heredero
En 1830, Fernando promulgó la Pragmática Sanción que permitía a su hija Isabel heredar el trono, en detrimento de su hermano Carlos, que se consideraba heredero legítimo bajo la ley sálica. Este cambio legal provocó un cisma dinástico y político de enormes consecuencias.
A la muerte de Fernando en 1833, estalló la Primera Guerra Carlista. Los partidarios del infante Carlos, conocidos como carlistas, defendían una monarquía tradicional y absolutista. En cambio, los isabelinos, liderados por la regente María Cristina en nombre de Isabel II, apoyaban un modelo liberal y reformista.
Este conflicto no solo fue una guerra dinástica, sino una lucha ideológica entre dos visiones opuestas de España: el absolutismo clerical y rural frente al liberalismo urbano y constitucional. La decisión sucesoria de Fernando VII, derivada de su necesidad tardía de asegurar descendencia, marcó el inicio de casi un siglo de guerras civiles intermitentes en España.
El regalo artístico a Wellington
Tras la victoria en la batalla de Vitoria en 1813, las tropas británicas del Duque de Wellington recuperaron un convoy repleto de obras de arte expoliadas por el ejército francés. Aunque Wellington ofreció devolver el tesoro, Fernando VII decidió regalárselo como muestra de gratitud por su ayuda contra Napoleón. Este gesto se conoce como el Spanish Gift.
El lote incluía entre 200 y 257 piezas, con obras de Velázquez, Correggio o Murillo, entre otros. Hoy forman parte de la Wellington Collection, expuesta en Apsley House (Londres), y son uno de los conjuntos de pintura española más destacados fuera de España. Fernando VII consolidó así una relación diplomática, pero a costa de un valioso patrimonio artístico nacional.
El nacimiento del Museo del Prado
Pese a su perfil autoritario, Fernando VII dejó una huella cultural imborrable al impulsar la fundación del Museo del Prado. Gracias al impulso de su segunda esposa, María Isabel de Braganza, el rey destinó en 1818 el edificio neoclásico de Juan de Villanueva —dañado tras la ocupación francesa— para crear el Museo Real de Pinturas.
El museo abrió oficialmente el 19 de noviembre de 1819 con 311 cuadros seleccionados de la Colección Real. Fernando incorporó más de 1.500 obras, consolidando una pinacoteca pública clave para el patrimonio pictórico español. Con el tiempo, el Prado se convertiría en uno de los museos más importantes del mundo.
Macrogenitosomía: el problema íntimo de Fernando VII
Fernando VII también fue objeto de rumores y testimonios médicos sobre una afección física singular: macrogenitosomía, un desarrollo anómalo del pene. Presentaba una morfología genital anómala que le ocasionaba dificultades para mantener relaciones sexuales y consumar matrimonios.
Matrimonios entre sangre: esposas y sobrinas
Fernando VII contrajo matrimonio en cuatro ocasiones, pero solo los dos últimos enlaces fueron con sus propias sobrinas. En 1816 se casó con María Isabel de Braganza, hija de su hermana Carlota Joaquina, en un matrimonio de conveniencia dinástica que apenas prolongó unos meses su linaje. Tras enviudar, en 1829 se casó con otra sobrina, María Cristina de las Dos Sicilias, con quien sí tuvo descendencia legítima —Isabel II y Luisa Fernanda— cuyo nacimiento desencadenó la disputa sucesoria carlista.
Consecuencias privadas y públicas
Este problema le causó impotencia parcial y retrasó su descendencia. Con sus tres primeras esposas no tuvo hijos. Solo con su cuarta esposa, María Cristina de las Dos Sicilias, logró engendrar dos hijas mediante el uso de una almohadilla que limitaba la penetración. Este hecho fue clave en la sucesión monárquica, al permitir el nacimiento de Isabel II.
Perspectiva médica e historiográfica
El historiador Emilio La Parra señala que esta condición física pudo influir en su carácter: introvertido, desconfiado y con una maduración sexual tardía. No obstante, su legado autoritario no puede reducirse a una explicación fisiológica. Fue su voluntad política la que marcó su reinado.
Conclusión
Fernando VII encarna una contradicción histórica: el rey que restauró el absolutismo y frenó el progreso, pero también dejó un legado artístico y patrimonial sin precedentes. Hoy, la historiografía lo recuerda como símbolo del absolutismo fracasado y del lastre que impidió la modernización de España en el siglo XIX.
Preguntas frecuentes
¿Por qué se conoce a Fernando VII como “rey felón”?
Porque abolió la Constitución de 1812 y persiguió a los liberales que la defendían, traicionando las expectativas democráticas del país.
¿Qué consecuencias políticas tuvo su reinado?
Retroceso institucional, pérdida del imperio americano y el desencadenamiento de las guerras carlistas.
¿Qué problema físico padecía?
Una macrogenitosomía, o desarrollo excesivo del pene, que dificultaba el coito.
¿Cómo logró tener descendencia?
Gracias a un dispositivo que limitaba la penetración, pudo concebir dos hijas con su cuarta esposa.
¿Ese problema físico influyó en su gobierno?
Pudo influir en su personalidad, pero sus decisiones autoritarias fueron fruto de una voluntad política clara.
Fuentes consultadas y enlaces de interés
- ABC Historia: Las cuatro esposas de Fernando VII, el rey gigante con un problema
- Wikipedia: Fernando VII de España
- Perfil: Macrofalosomía real, el tamaño importaba en la penosa vida sexual de Fernando VII
- Emilio La Parra: Fernando VII. Un rey deseado y detestado, Casa del libro.
- Nuevatribuna: Fernando VII, el felón
- Biblioteca Nacional de España: Documentos históricos sobre Fernando VII
- Wikipedia: Spanish Gift
- Wikipedia: Historia del Museo del Prado
- Vozpópuli: El Museo del Prado cumple 200 años