El Dolmen de la Gran Encina: un viaje al Neolítico final y la Edad del Cobre en la dehesa de Montehermoso

El Dolmen de la Gran Encina es uno de los monumentos megalíticos más emblemáticos del conjunto funerario situado en la Dehesa Boyal de Montehermoso, en la provincia de Cáceres. Este enclave arqueológico, rodeado de encinas centenarias y caminos bien señalizados, ofrece una ventana excepcional a las prácticas funerarias del Neolítico final y el Calcolítico, datadas mediante análisis estratigráficos y materiales arqueológicos en torno al año 3000 a. C.

Detalle cenital de la cámara circular del Dolmen de la Gran Encina, con ortostatos bien conservados sobre un lecho de hierba verde.
Dolmen de la Gran Encina – © @eduestellez

Qué es el Dolmen de la Gran Encina

El Dolmen de la Gran Encina es una sepultura de corredor, construida con grandes losas de piedra (ortostatos) que conforman una cámara funeraria circular y un pasillo de acceso. Su nombre proviene de la encina milenaria que lo custodia, visible desde varios puntos de la dehesa. Este tipo de construcción es característica del megalitismo del suroeste peninsular, como también se observa en los dólmenes de Valencia de Alcántara o el dolmen del Cajirón en Cedillo. Estas construcciones reflejan una organización social ya jerarquizada, con rituales complejos en torno a la muerte.

Estructura del monumento

Durante las excavaciones realizadas entre 1999 y 2000 por el equipo técnico de la Junta de Extremadura y bajo supervisión del Servicio de Patrimonio Arqueológico del Gobierno regional, se identificaron los siguientes elementos clave:

  • Cámara circular: delimitada por unos 17 ortostatos verticales.
  • Corredor de entrada: compuesto por al menos cuatro losas a cada lado.
  • Túmulo: estructura de tierra y piedras que recubría el dolmen, parcialmente conservada.
  • Anillo perimetral de piedras: que delimitaba el túmulo exterior.

Tras la intervención arqueológica, el dolmen fue restaurado y acondicionado para su visita, reubicando piedras caídas y habilitando paneles informativos.

La ruta megalítica de Montehermoso

El Dolmen de la Gran Encina forma parte de una ruta circular de aproximadamente 14 kilómetros que recorre los tres principales monumentos megalíticos de la zona:

  • Dolmen de la Gran Encina
  • Gran Dolmen: el más imponente en dimensiones.
  • Dolmen del Tremal: el más antiguo del conjunto (aprox. 5500 a. C.).

Esta ruta, de baja dificultad y perfectamente integrada en la Dehesa Boyal, permite una inmersión cultural y paisajística única, con senderos señalizados y vegetación autóctona.

Contexto histórico ampliado: presencia romana en la dehesa

Además del conjunto megalítico, la Dehesa Boyal de Montehermoso conserva restos de épocas posteriores, como una pila funeraria romana reutilizada en época moderna como fuente o pila bautismal en una cercana ermita. Una tumba romana, documentada en las inmediaciones, evidencia la continuidad del uso simbólico y funerario del territorio más allá del megalitismo.

También se han hallado otros vestigios de ocupación romana como monedas y restos constructivos, lo que refuerza el valor histórico de la dehesa como espacio habitado durante milenios.

Acceso principal del Dolmen de la Gran Encina iluminado bajo un cielo estrellado, flanqueado por grandes piedras verticales.
Dolmen de la Gran Encina de noche – © @eduestellez
Vista del corredor de entrada del Dolmen de la Gran Encina en verano, con vegetación seca y encinas en el entorno.
Corredor del Dolmen de la Gran Encina – © @eduestellez

Valor arqueológico y cultural

El Dolmen de la Gran Encina es uno de los mejores ejemplos del megalitismo extremeño. No obstante, los arqueólogos aún no han determinado con certeza si las comunidades que construyeron estos monumentos eran plenamente sedentarias o practicaban algún tipo de nomadismo estacional. Tampoco se han identificado aún los asentamientos cercanos desde los que acudían a estos lugares de enterramiento, lo que añade un componente de misterio y abre nuevas líneas de investigación sobre la organización territorial del Neolítico final y el Calcolítico en esta región. Su estado de conservación, junto a su contexto natural, lo convierte en un recurso de primer orden tanto para la investigación arqueológica como para el turismo patrimonial.

Se estima que fue usado durante varias generaciones como lugar de enterramiento colectivo. Los niveles de sedimentos, restos óseos y materiales arqueológicos como fragmentos cerámicos decorados, hojas de sílex y cuentas de collar documentados por el equipo de la Junta de Extremadura refuerzan su función como centro ceremonial y simbólico de una comunidad sedentaria con complejas creencias sobre la muerte y el más allá, integrado en un complejo ritual funerario comunitario.


Cómo visitarlo

Para llegar al dolmen se accede desde Montehermoso por la carretera CC-13.7 en dirección a Coria. Tras recorrer unos 1,9 km dentro de la finca, se puede dejar el vehículo y continuar a pie unos 320 metros. El recorrido está bien señalizado y forma parte del Parque Periurbano de Conservación y Ocio Dehesa Boyal de Montehermoso, declarado en 2014. Hay espacio para aparcar en las inmediaciones, aunque el acceso no está totalmente adaptado para personas con movilidad reducida.


Preguntas frecuentes

¿Cuántos años tiene el Dolmen de la Gran Encina?
Tiene aproximadamente 4500 años, según estudios arqueológicos que lo sitúan en torno al año 3000 a. C., entre el Neolítico final y el Calcolítico.

¿Por qué se llama así?
Por la encina centenaria que se encuentra junto al monumento.

¿Se puede visitar libremente y está bien conservado?
Sí, el acceso es libre, forma parte de una ruta señalizada en la Dehesa Boyal y el dolmen fue restaurado tras excavaciones arqueológicas. Actualmente cuenta con paneles explicativos.


Fuentes consultadas y enlaces de interés