Durante años quedó relegado al recuerdo de las abuelas y los bares de barrio. Hoy, el vermut vuelve con fuerza: lo vemos en terrazas, cartas de cócteles y catas especializadas, con botellas que destacan por su diseño cuidado. Pero, ¿qué tiene este licor de hierbas para protagonizar un renacimiento tan potente?

El vermut: una tradición muy nuestra
El vermut (del alemán wermut, «ajenjo») llegó a España en el siglo XIX, y se convirtió en el aperitivo por excelencia según diversos testimonios históricos. Su sabor complejo, mezcla de dulce, amargo y especiado, lo hacía ideal para abrir el apetito. En muchas regiones, la «hora del vermut» era sagrada los domingos antes de comer.
Entre las décadas de 1990 y 2000 perdió terreno frente a cervezas, refrescos y combinados. Pero desde hace una década, vive un resurgimiento impulsado por nuevas marcas, diseños atractivos y una generación que valora lo artesanal y lo auténtico.
Las marcas que están marcando el paso
Varias bodegas están revitalizando el vermut desde distintas zonas de España:
- St. Petroni Blanco (Galicia): elabora su vermut con albariño y botánicos atlánticos.
- Padró & Co. Rojo Amargo (Tarragona): combina amargor elegante y notas especiadas.
- El Bandarra (Barcelona): destaca por su estética retro y sabor suave.
- Golfo (León): apuesta por uva prieto picudo y botánicos silvestres.
Todas estas marcas rivalizan en calidad con los clásicos italianos y ganan terreno en mercados internacionales, como demuestran su presencia creciente en ferias y cartas de locales especializados.
Cómo se bebe hoy: del sifón al cóctel
Aunque el clásico sigue vivo (vermut rojo con hielo, rodaja de naranja y aceituna), los modos de consumo se han diversificado:
- Cócteles: Negroni, Manhattan, Vermut Spritz.
- Experiencias: vermuterías especializadas, catas, rutas del vermut.
- Maridajes: con tapas, encurtidos, mariscos o incluso postres.
El vermut ha pasado de asociarse con generaciones mayores a convertirse en una tendencia gourmet entre el público actual.
El vermut como símbolo de identidad
En tiempos de globalización, el vermut conecta con lo local, lo auténtico y lo emocional. Representa una forma de socializar sin prisas, de recuperar tradiciones con estilo.
Es también un producto de valor cultural: muchas marcas recuperan recetas antiguas, usan botánicos locales y fomentan el consumo responsable.
¿Moda o regreso definitivo?
Las cifras apuntan a que el vermut no es una moda pasajera:
- Las ventas han crecido sostenidamente desde 2018.
- Más del 40 % de los nuevos consumidores tienen entre 25 y 40 años.
- El vermut se ha consolidado como un emblema exportable y atractivo esencial del turismo gastronómico.
Todo indica que ha vuelto para quedarse, renovado y con identidad propia.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué es exactamente el vermut?
Un vino macerado con hierbas aromáticas, azúcares y, a veces, alcohol fortificante.
¿Cuál es la diferencia entre vermut rojo y blanco?
El rojo es más dulce y especiado; el blanco, más seco y herbal.
¿Se puede hacer vermut casero?
Sí, aunque requiere una buena base de vino y conocimiento de botánicos.
¿Es lo mismo que el Martini?
No. Martini es una marca italiana de vermut. También se confunde con el famoso cóctel del mismo nombre, que lleva ginebra y una pequeña cantidad de vermut seco, creado a principios del siglo XX y popularizado en Estados Unidos.
¿Con qué se puede maridar el vermut?
Con encurtidos, conservas, embutidos, mariscos o incluso chocolate amargo.