Agosto 2025: España se derrite y la factura no es solo en sudor

Agosto 2025 no está siendo un verano más. Es, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el más caluroso desde que hay registros en España. Y no hablamos de sensaciones térmicas: hablamos de cifras oficiales, datos contrastados y verificables procedentes de fuentes fiables como la propia AEMET y Copernicus.

Termómetro marcando temperaturas extremas bajo un sol intenso durante la ola de calor en España.

Datos que dan más calor que el propio calor

El 12 de agosto, la AEMET registró oficialmente más de 45 °C en varias estaciones del sur peninsular. Ciudades como Córdoba, Sevilla o Badajoz marcaron máximas históricas, y en amplias zonas de Castilla-La Mancha y Extremadura se superaron los 40 °C. La Agencia ha advertido que los días 16 y 17 de agosto podrían ser incluso peores, con una ola de calor prolongada que ya acumula noches tropicales (≥20 °C) y ecuatoriales (≥25 °C) consecutivas, según sus boletines oficiales.

Este episodio no es aislado: el servicio de cambio climático de la Unión Europea, Copernicus, ha confirmado que el Mediterráneo occidental atraviesa uno de los veranos más extremos de su historia reciente, con anomalías térmicas y persistencia de temperaturas elevadas muy por encima de la media.

La crónica social: cómo lo vivimos

En las ciudades, las persianas bajan antes que el sol, los bares adelantan desayunos y las playas están llenas a las siete de la mañana. El hielo es un bien escaso en supermercados y gasolineras, y las fuentes públicas son punto de encuentro improvisado. En las redes, proliferan tutoriales caseros para convertir ventiladores en aires acondicionados con botellas congeladas.

El calor no sólo agota: reorganiza horarios, cambia rutinas y convierte cualquier sombra en patrimonio protegido.

El precio que pagamos: economía bajo asedio

La factura de esta ola de calor no se mide solo en litros de agua o abanicos vendidos:

  • Agricultura y ganadería: el Ministerio de Agricultura estima pérdidas millonarias en cultivos de secano como cereal y olivar, con mermas de hasta un 40 % en zonas del sur. La ganadería sufre bajas por golpes de calor y descenso en la producción láctea.
  • Turismo: hoteles y agencias reprograman excursiones a primeras horas de la mañana. En ciudades monumentales, las visitas guiadas se reducen o directamente se cancelan en horas punta.
  • Consumo energético: Red Eléctrica Española confirma picos de demanda históricos. El uso masivo de aires acondicionados dispara el gasto familiar y tensiona la red.
  • Pequeño comercio: los tramos de mayor calor vacían calles y tiendas, reduciendo ventas y obligando a recortar horarios.
Helicóptero del operativo contra incendios descargando agua sobre un gran foco de fuego y humo.
© @eduestellez

El drama humano de los incendios

El calor extremo no solo derrite el asfalto: también alimenta las llamas. Este agosto, grandes incendios han arrasado miles de hectáreas en Zamora, Ourense, León y Extremadura, dejando tras de sí un rastro de pérdidas humanas, materiales y medioambientales.

  • Víctimas humanas: Al menos tres personas han muerto en lo que va de ola de incendios, entre ellas un voluntario que intentaba combatir las llamas en Zamora y un hombre que murió en Tres Cantos (Madrid) al rescatar caballos.
  • Heridos y evacuados: Más de 20 personas heridas y 8 000 evacuadas en diferentes comunidades.
  • Territorio consumido: Más de 115 000 hectáreas arrasadas solo en agosto, y 157 500 ha en lo que va de 2025, con récord histórico en el incendio de Molezuelas (Zamora y León), que supera las 37 000 ha.
  • Destrucción material: Viviendas calcinadas, explotaciones agrícolas y ganaderas reducidas a cenizas, y patrimonio histórico como Las Médulas amenazado por el fuego.
  • Pérdida de fauna: Desde rebaños enteros hasta especies silvestres, la devastación natural es incalculable.
  • Infraestructuras: Carreteras cortadas, líneas de tren suspendidas y conexiones interrumpidas en plena operación salida.

Las imágenes y testimonios son demoledores: familias huyendo con lo puesto, vecinos viendo cómo el viento se lleva su vida en minutos y paisajes convertidos en desiertos de ceniza.

Y lo que viene

La AEMET no deja lugar a la esperanza inmediata: esta situación se mantendrá al menos hasta el 18 de agosto. La pregunta que queda en el aire es si este verano es un aviso puntual o un anticipo de lo que será la norma.

Mientras tanto, el consejo oficial es hidratarse, evitar la exposición en horas críticas y cuidar especialmente de niños y mayores. El consejo extraoficial, cortesía de la calle, es claro: buscar la sombra más cercana y no soltarla.


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