España lidera el crecimiento económico en la Eurozona, con previsiones que la colocan muy por encima de Francia, Alemania e Italia. Sin embargo, mientras los organismos internacionales celebran las cifras, en la calle el ambiente es bien distinto: inflación, alquileres desorbitados y salarios que apenas avanzan dibujan un escenario de malestar ciudadano.

La cara brillante del crecimiento
Según las últimas previsiones de la CNBC y el FMI, el PIB español crecerá en 2025 un 2,5 %, frente al 0,6 % de Francia, el 0 % de Alemania y el 0,7 % de Italia. Es decir, España avanza a más del doble de la media de la Eurozona, prevista en torno al 1 %.
El INE confirmó que en el segundo trimestre de 2025 el PIB avanzó un 0,7 % trimestral y un 2,8 % interanual, con la demanda interna como motor principal (+0,9 puntos trimestrales y +3,4 interanuales), mientras que el sector exterior restó crecimiento.
Los motores de esta expansión son claros: consumo interno sólido, turismo en cifras récord, fondos europeos bien canalizados e inversión. Además, el dinamismo del empleo —con más de 22 millones de ocupados y una tasa de paro del 10,29 %, la más baja desde 2008— ha permitido sostener la demanda y atraer mano de obra, especialmente gracias a la inmigración.
El reverso de la moneda
Pero las buenas cifras macroeconómicas esconden realidades menos amables. La inflación alcanzó en julio un 2,7 % (subyacente 2,3 %), lo que sigue presionando el coste de vida, especialmente en alimentación y energía. El acceso a la vivienda continúa siendo uno de los mayores problemas: alquileres en máximos históricos y precios de compra alejados del poder adquisitivo medio.
A esto se suma un mercado laboral que, pese a la creación de empleo, mantiene una de las tasas de paro más altas de Europa y un nivel de precariedad que dificulta la estabilidad de miles de trabajadores. El desfase entre productividad y salarios alimenta la sensación de que la bonanza económica no se reparte de forma equitativa.
Salarios y precios: el choque del carrito
El encarecimiento sostenido de la cesta de la compra contrasta con sueldos que apenas crecen, lo que agrava la percepción de pérdida de poder adquisitivo entre amplias capas de la población.
Vivienda: la gran grieta del crecimiento
El mercado inmobiliario se ha convertido en una de las principales fuentes de desigualdad. Mientras la economía crece, el techo se aleja cada vez más de la mayoría de bolsillos.
¿Un crecimiento sostenible?
Los expertos advierten que parte de este impulso depende de factores coyunturales: turismo en máximos, inyección de los fondos europeos y fortaleza del consumo interno. La gran incógnita es si este modelo es capaz de resistir a medio plazo, en un contexto de tensiones geopolíticas y comerciales, fragmentación política y tipos de interés que, aunque recortados por el BCE hasta el 2,0 %, siguen en niveles restrictivos.
Entre el optimismo y el escepticismo
Mientras el Gobierno exhibe los datos como prueba de resiliencia, la oposición política y parte de la ciudadanía cuestionan la sostenibilidad del modelo. La paradoja es evidente: España lidera el crecimiento europeo, pero buena parte de sus ciudadanos siguen atrapados en la incertidumbre diaria de llegar a fin de mes.
Enlaces de interés
- El HuffPost: La CNBC anticipa lo que va a pasar en España a final de año
- Cadena SER: El FMI confirma que la economía española crecerá más del doble que la Eurozona en 2025
- El HuffPost: España aguanta el tipo: el PIB crece un 0,7 % en el segundo trimestre y mantiene su avance interanual en el 2,8 %
- INE: Contabilidad Nacional Trimestral – Segundo trimestre 2025
- RTVE: España supera los 22 millones de ocupados y el paro cae al 10,29 % (EPA 2T 2025)
- INE: Índice de Precios de Consumo – Julio 2025
- BCE: Decisiones de política monetaria – 5 de junio de 2025