La Amazonía guarda secretos que desafían la historia. Entre ellos, uno de los más fascinantes: la Ciudad Perdida de Z, buscada con obsesión por Percy Fawcett hasta desaparecer en 1925. Un misterio que mezcla expediciones fallidas, desapariciones y descubrimientos recientes que ponen en duda lo que creíamos imposible.

Percy Fawcett y su obsesión
El coronel británico Percy Harrison Fawcett dedicó gran parte de su vida a explorar Sudamérica. Tras leer el enigmático Manuscrito 512 (1753), que describía una ciudad monumental en la selva, se convenció de que existía una urbe perdida en el Mato Grosso: la llamó “Z”.
La última expedición
En 1925 partió con su hijo Jack y un amigo, Raleigh Rimell. Nunca regresaron. Solo dejó cartas cargadas de optimismo desde Dead Horse Camp antes de perderse en la selva. Su desaparición desató décadas de búsquedas, rumores de tribus hostiles y teorías que nunca lograron resolver el enigma.
Entre mito y ciencia
Durante mucho tiempo, la arqueología negó la posibilidad de civilizaciones avanzadas en la Amazonía. Pero hoy, gracias al LIDAR, sabemos que hubo redes urbanas con plazas, calzadas, sistemas agrícolas y recintos y fosos ocultos bajo la selva. La visión de Fawcett no era del todo un delirio: en parte, tenía razón.
¿Existió Z?
La ciudad exacta que Fawcett imaginó, con templos y columnas de piedra, probablemente nunca existió. Pero la idea de sociedades complejas en la selva sí es real. Fawcett se equivocó en los detalles, pero acertó en la intuición.
El legado de un enigma
El mito trascendió la arqueología. El libro The Lost City of Z (David Grann) y la película The Lost City of Z de James Gray reavivaron la historia. Casi un siglo después, la pregunta persiste: ¿hasta dónde llegarías por seguir una obsesión?