Torso de bronce dorado en Norba Caesarina

Un fragmento de estatua basta para evocar la magnitud de un imperio. En el Museo de Cáceres, un torso de bronce dorado recuerda la grandeza de la colonia de Norba Caesarina, fundada hace más de dos mil años. Aunque incompleto, este vestigio conserva la fuerza de las imágenes oficiales que presidían el foro romano y proyectaban poder en cada pliegue de metal.

Torso de bronce dorado romano hallado en el Palacio de Mayoralgo, expuesto en el Museo de Cáceres.
Torso hallado en el Palacio de Mayoralgo, Museo de Cáceres. – © @eduestellez

El hallazgo en el Palacio de Mayoralgo

El torso apareció en 2001, durante las excavaciones en el Palacio de Mayoralgo, en pleno corazón del casco histórico cacereño. Allí se documentaron restos de viviendas, patios porticados y edificaciones públicas que apuntan al entorno monumental del foro de la colonia. En ese marco, el descubrimiento de un gran bronce oficial no sorprendió: era lógico que imágenes de autoridad presidieran el centro de la vida cívica.

Ficha técnica esencial

  • Material y técnica: bronce con restos de dorado.
  • Cronología: siglo I a. C.
  • Medidas: 58 × 55 × 29 cm.
  • Procedencia: Palacio de Mayoralgo, Cáceres.
  • Inventario: D2.811.
  • Ubicación actual: exposición permanente del Museo de Cáceres.

Un lenguaje de poder

El fragmento conserva el tronco con el manto militar (paludamentum) cruzado en diagonal, típico de los retratos oficiales romanos. Aunque faltan cabeza y extremidades, la composición sugiere una estatua de gran formato, quizá ecuestre. La finalidad era clara: proyectar autoridad y lealtad imperial en la colonia. El dorado multiplicaba el brillo del bronce y lo convertía en un auténtico faro político.

La escultura en Norba Caesarina

La colonia, fundada a finales de la República, necesitaba símbolos visibles de su rango. En el foro, junto a otros edificios públicos, debieron alinearse esculturas de emperadores, gobernadores y militares. El torso de bronce dorado encaja en ese programa: propaganda en metal precioso que vinculaba a los ciudadanos con Roma y recordaba el peso del poder central.

Fragmento y permanencia

Los bordes desgarrados, las roturas y las pérdidas narran otra historia: la de las vicisitudes del bronce en épocas de crisis, cuando las estatuas se derribaban y fundían. Sin embargo, este torso sobrevivió lo suficiente para llegar hasta nosotros. Su fuerza reside en lo que muestra y en lo que evoca: un pedazo de estatua que condensa la memoria de un imperio.

Visita imprescindible

Hoy puede contemplarse en la exposición permanente del Museo de Cáceres, ubicado en el casco antiguo de la ciudad y que ocupa dos edificios históricos: el Palacio de las Veletas y la Casa de los Caballos. El torso se exhibe como una de las piezas centrales de la colección, testimonio de la grandeza de Norba Caesarina y de la huella del mundo romano en Cáceres.

Fachada del Palacio de Mayoralgo en Cáceres, lugar donde se halló el torso de bronce dorado.
Fachada del Palacio de Mayoralgo, Cáceres. – © @eduestellez

Enlaces de interés