Cuando la historia la escriben los vencedores, algunos nombres se desvanecen como si nunca hubieran existido. Tal es el caso de Geta un joven cuyo destino quedó sellado no solo con sangre, sino con silencio. Hijo de Septimio Severo y hermano de Caracalla, su vida estuvo marcada por el poder, la desconfianza y, finalmente, la condena al olvido. Pero su historia es también un reflejo de las intrigas y brutalidad del poder imperial.

El joven príncipe y la lucha por el poder
Desde el año 198 d.C., cuando fue nombrado Caesar, y hasta su elevación a Augustus en 209 d.C., Geta compartió protagonismo político con su padre. Durante ese tiempo, fue entrenado en las artes militares y políticas que Roma exigía a sus gobernantes. Tras la muerte de Septimio Severo en 211 d.C., Geta y Caracalla heredaron juntos el trono. Sin embargo, la convivencia fue imposible: vivían en alas separadas del palacio, con guardias para evitar encuentros fortuitos. Julia Domna, su madre, trató de mediar en vano, siendo testigo de la creciente enemistad.
Algunos autores antiguos mencionan que incluso se llegó a contemplar la división del imperio, otorgando Oriente a Geta y Occidente a Caracalla. Un proyecto que, de haberse concretado, habría cambiado el curso de Roma.
El asesinato en casa
En diciembre de 211 d.C., Caracalla organizó una falsa reconciliación familiar. Geta acudió confiado y fue apuñalado en brazos de su madre por centuriones leales a su hermano. Tenía solo 22 años. Según Casio Dion, unos veinte mil partidarios de Geta fueron ejecutados posteriormente en una de las purgas más sangrientas del periodo severiano.


Damnatio memoriae: el borrado sistemático
La damnatio memoriae borró su nombre de inscripciones, destruyó sus retratos y refundió sus monedas. Más allá del castigo legal, fue un acto propagandístico para consolidar el poder de Caracalla, reescribiendo la historia a su favor. Casos similares ocurrieron con emperadores como Domiciano, y en todos ellos el objetivo era anular la legitimidad del rival.
La eliminación se ejecutaba raspando inscripciones, martillando rostros en relieves y retirando documentos oficiales. Un proceso meticuloso que buscaba no dejar rastro alguno del condenado.
La figura detrás del silencio
No se sabe si Geta habría sido un buen gobernante: nunca gobernó en solitario. Las fuentes, escritas tras su muerte, probablemente estuvieron influidas por la propaganda de su hermano. En 219 d.C., sus restos fueron trasladados al Mausoleo de Adriano junto a los de su familia, un gesto tardío que no borró la tragedia.
Hoy, su memoria sigue recordándonos que Roma no solo se forjaba en batallas, sino también en la manipulación calculada de la memoria.

Preguntas frecuentes
¿Quién fue Geta emperador romano?
Gobernó junto a su hermano Caracalla entre 209 y 211 d.C.
¿Cómo murió Geta?
Fue asesinado por orden de su hermano durante una reunión familiar.
¿Qué es la damnatio memoriae?
Una condena que consistía en borrar de la memoria pública a una persona, eliminando su nombre e imagen.
¿Por qué fue eliminado de la historia oficial?
Por rivalidades políticas y para consolidar el poder absoluto de Caracalla.
¿Qué legado dejó?
Un ejemplo del uso del poder para controlar la memoria histórica.